“El mensaje que acaba de ofrecer el Gobernador es parte de un libreto para tratar de manejar su crisis a través de relaciones públicas. Comenzó con una visita a una iglesia, una entrevista radial en un ambiente controlado, una conferencia de prensa del subsecretario de la gobernación en la cual manifestó que el país respalda a Rosselló y ahora un mensaje que se limita a detallar los incidentes lamentables ocurridos hace algunas horas y el curso de acción que a su juicio demuestra la continuidad en los procesos y servicios del gobierno. Todo con el fin de crear la falsa ilusión de que todo está bien, de que el país está en calma, de que lo ocurrido es un incidente aislado. Sin embargo, este mensaje, unido a la insistencia del gobernador de mantenerse en su puesto, no es la respuesta que el país espera.

​​La determinación errada y equivocada del gobernador en mantenerse en su puesto y evadir la solicitud urgente, desesperada y angustiosa de todo un pueblo es prueba fehaciente de que él y sus allegados renunciaron a defender los intereses del pueblo, renunciaron a ofrecer la seguridad y la sana convivencia que necesitan los puertorriqueños solo para ostentar el poder y la protección que sus puestos les brindan.

​Es inaceptable que evada hablar sobre los arrestos a sus funcionarios, sobre los cursos de acción e investigación de las agencias de gobierno y funcionarios que son parte del esquema de corrupción que el país experimenta. Peor aún es inaceptable que se presente hoy frente al país para hablar de medidas de transparencia y control que analiza o espera someter.

​El país espera que el gobernador actúe con la prudencia y la responsabilidad que el cargo de Gobernador del Estado Libre Asociado de Puerto Rico merece y espera. Es usted Gobernador junto a los legisladores, a la Comisionada Residente, a los jefes de agencia, los llamados a detener lo que ocurre y a escuchar al pueblo.

​Pedir perdón no es suficiente, creerle es imposible y mantenerlo en la dirección de nuestro país significa que Puerto Rico vivirá bajo un gobierno que traiciona a su pueblo, que le miente descaradamente, que se burla y que coartará toda oportunidad de lograr el país que todos aspiramos.

​Las agencias de justicia, de ley y orden, así como la asamblea legislativa son igualmente responsables de las manifestaciones, del dolor, del desasosiego y de la indignación que experimenta cada puertorriqueño. Puerto Rico no merece vivir estos momentos de angustia, de incertidumbre, de inseguridad.

​​Hago un llamado a quienes tienen el valor de ir a la calle para hacer valer sus derechos y los derechos de todos los puertorriqueños a que expresen con voz fuerte lo que su conciencia les dicta y que lo hagan de forma pacífica. De esta manera le demostraremos al mundo que nuestra democracia es el instrumento fundamental para hacer valer nuestros derechos. Gobernador, quiero dejarle claro, que para que el país vuelva a tener paz necesita una sola cosa: su renuncia”.